
Descripción
La investigación desarrollada en el marco del proyecto CREARED se centra en el análisis de la soledad no deseada en personas mayores que residen en zonas rurales de la Comunidad de Madrid de menos de 20.000 habitantes. A través de una metodología mixta y participativa, el estudio permite identificar factores de riesgo, barreras sociales y oportunidades tecnológicas. Sus resultados ofrecen una base empírica para diseñar intervenciones comunitarias innovadoras, sostenibles y replicables, con el objetivo de mejorar el bienestar y la conexión social de las personas mayores. Para medir la soledad no deseada se utilizó la escala ESTE II.
Contexto
La soledad no deseada es un fenómeno creciente que afecta especialmente a las personas mayores en las zonas rurales de la Comunidad de Madrid. La dispersión territorial, la baja densidad de población, el envejecimiento acelerado, la pérdida de servicios comunitarios, las dificultades de movilidad y la desconexión digital son factores que, combinados, contribuyen a generar situaciones de aislamiento estructural. En estos contextos, la falta de interacción social regular, la escasez de recursos de proximidad y la limitada participación en la vida comunitaria aumentan el riesgo de que las personas mayores vivan solas y desconectadas, incluso cuando no expresen verbalmente su malestar.
Según el estudio elaborado por la consultora Fresno en el marco del proyecto CREARED, un 26,4 % de las personas mayores que viven en municipios de menos de 20.000 habitantes se encuentra en riesgo medio o alto de soledad no deseada. Este riesgo se intensifica con la edad: el 33,1 % de las personas de 75 años o más se encuentra en situación de riesgo, siendo las mujeres quienes lo experimentan con mayor frecuencia (28,1 %, frente al 23,4 % en hombres). Además, la viudez aparece como un factor determinante, afectando a más de un tercio de quienes la padecen. A su vez, se identifican como causas principales la pérdida de convivencia con personas cercanas (80,7 %), los problemas de salud o movilidad (79,6 %), y la situación económica precaria (75 %), especialmente entre quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes: un 39,5 % de este grupo presenta niveles elevados de soledad.
La brecha digital agrava esta situación. Aunque 7 de cada 10 personas mayores afirman utilizar internet con alguna frecuencia, los datos muestran que casi el 50 % nunca utiliza el ordenador, y un 27,3 % solo usa el teléfono móvil ocasionalmente. Esta limitación digital reduce significativamente su acceso a recursos de comunicación, información, entretenimiento y servicios esenciales como la banca en línea o la administración electrónica, reforzando el sentimiento de desconexión con el entorno.
En este contexto, la investigación se planteó como un diagnóstico integral que diera voz a las propias personas mayores, analizando sus realidades desde una perspectiva cualitativa y cuantitativa. El estudio incluye entrevistas individuales, grupos focales, encuestas con escalas validadas y análisis de datos secundarios, lo que permite captar tanto las condiciones objetivas como las vivencias subjetivas de quienes habitan estos entornos.
Los resultados reflejan que más del 50 % de las personas encuestadas considera que en su municipio no se están llevando a cabo medidas suficientes para combatir la soledad. Además, un 77,6 % cree prioritario crear espacios de encuentro y convivencia, y un 59,4 % considera que el acceso a tecnología puede ayudar a reducir la soledad.
Este análisis ha servido de base para orientar las actuaciones del proyecto CREARED y para generar conocimiento útil, riguroso y transferible a otros contextos rurales con retos similares.
Detalles técnicos y operativos
La investigación desarrollada en el marco del proyecto CREARED ha seguido una metodología mixta, integrando herramientas cuantitativas y cualitativas con el objetivo de generar un conocimiento profundo y aplicable sobre la soledad no deseada en personas mayores de zonas rurales de la Comunidad de Madrid. El estudio fue coordinado por Cruz Roja Comunidad de Madrid, y ejecutado por de la consultora Fresno, y contó con la implicación activa de los equipos locales, técnicos y voluntariado en 11 municipios rurales.
Desde el punto de vista operativo, la investigación se articuló en distintas fases:
- Revisión documental: Se llevó a cabo una búsqueda sistemática de estudios, planes, políticas e intervenciones sobre la soledad no deseada en el ámbito nacional e internacional, prestando especial atención al entorno rural, al uso de tecnologías y al enfoque comunitario.
- Encuesta a población mayor: Se aplicó a 260 personas mayores de 65 años residentes en municipios de menos de 20.000 habitantes. Para medir la prevalencia y el riesgo de soledad se utilizó la escala ESTE II, que evalúa factores como la percepción de apoyo social, el uso de tecnologías y la participación comunitaria.
- Métodos cualitativos: Se realizaron más de 20 entrevistas en profundidad (a personas mayores, población general y expertos en tecnología y ruralidad), 2 grupos de discusión territoriales y un taller participativo con profesionales del ámbito social, técnico y académico. Estas herramientas permitieron capturar las vivencias subjetivas, las barreras sociales y físicas, los imaginarios colectivos y las propuestas de solución.
- Tecnologías aplicadas: La investigación incorporó un análisis específico sobre el uso de tecnologías como los asistentes virtuales (Alexa), evaluando su potencial para reducir la sensación de soledad, fomentar la conexión social y facilitar el acceso a servicios. También se identificaron las principales barreras de acceso digital: falta de dispositivos, dificultades de conectividad y bajo nivel de habilidades digitales.
- Análisis e interpretación: Todos los datos fueron analizados mediante software especializado (MAXQDA y Zotero) y sistematizados en un informe final que incluye recomendaciones específicas para mejorar las políticas públicas, adaptar las intervenciones locales y fomentar la innovación social en zonas rurales.
- Productos generados: Además del informe técnico, se elaboraron infografías, presentaciones y documentos de síntesis destinados a facilitar la transferencia del conocimiento generado. Todo el proceso se desarrolló garantizando los principios éticos de la investigación social.
En conjunto, esta solución funciona como un modelo integral de análisis e intervención, combinando investigación aplicada, participación comunitaria y uso estratégico de la tecnología para combatir la soledad no deseada en contextos rurales.
Despliegue e impacto
La investigación se desarrolló durante el primer año del proyecto CREARED como una herramienta clave para orientar la intervención individual, grupal y comunitaria, y permitir una toma de decisiones basada en evidencia. Se llevó a cabo en 11 municipios rurales de la Comunidad de Madrid, seleccionados por presentar factores asociados a la soledad no deseada como baja densidad de población, envejecimiento demográfico, deficiente conectividad, brecha digital y falta de servicios de proximidad.
El proceso incluyó más de 300 personas participantes, entre personas mayores, técnicos, voluntariado, profesionales del ámbito sociosanitario, representantes de administraciones públicas y tejido asociativo. Se aplicaron metodologías cuantitativas y cualitativas, incluyendo una encuesta a 260 personas mayores de 65 años residentes en municipios de menos de 20.000 habitantes. Esta encuesta, basada en la escala ESTE II adaptada por Cruz Roja, permitió establecer niveles de riesgo de soledad: un 26,4 % se encuentra en riesgo medio o alto. Este dato subraya la necesidad urgente de respuestas sostenidas y adaptadas al contexto rural.
Asimismo, se realizaron más de 20 entrevistas en profundidad, 2 grupos de discusión territoriales y un taller participativo con profesionales y representantes institucionales. Esta aproximación permitió captar tanto datos objetivos como percepciones subjetivas que configuran la vivencia de la soledad.
La investigación identificó cinco conclusiones clave:
- El riesgo de soledad aumenta con la edad, especialmente en personas mayores de 75 años, y afecta más a mujeres y personas viudas.
- Un entorno comunitario activo y actitudes personales positivas ejercen un efecto protector.
- La precariedad económica incrementa notablemente la soledad no deseada.
- La falta de continuidad en actividades sociales debilita redes de apoyo estables.
- La tecnología tiene potencial para mitigar la soledad, pero persisten barreras como la baja alfabetización digital, la escasa conectividad y el desconocimiento de recursos disponibles.
El impacto de esta investigación ha sido notable. Por un lado, ha servido como base para redefinir las estrategias del proyecto CREARED, orientando la detección, el acompañamiento y las actividades de prevención comunitaria. Por otro lado, ha dotado a la organización de una herramienta rigurosa para el diálogo con administraciones públicas, entidades sociales y redes europeas interesadas en abordar la soledad desde una mirada territorial.