Descripción

La Cruz Roja Francesa interviene en la República Democrática del Congo (RDC) para luchar contra las epidemias de la enfermedad del virus del Ébola (3 epidemias sucesivas desde mayo de 2018). Para garantizar el aislamiento de las personas con ébola, los equipos de la Cruz Roja francesa han diseñado «burbujas», un innovador dispositivo de aislamiento temporal.

Contexto

Cuarto país más poblado de África, con una población estimada de 92 millones de habitantes, la República Democrática del Congo es también uno de los países más pobres del continente. La población, que en su mayoría vive por debajo del umbral de pobreza, está fracturada por numerosos conflictos armados. La falta de infraestructuras, especialmente en el sector médico, limita aún más el acceso a la asistencia sanitaria de una población ya vulnerable. 

La Cruz Roja Francesa (CRF) colabora con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja para contribuir a los esfuerzos de prevención y lucha contra las epidemias. La primera gran epidemia de ébola, que afectó a varios países simultáneamente, se produjo en África Occidental (Guinea, Liberia, Sierra Leona) entre 2013 y 2016. Causó 11.315 muertes, entre ellas 968 de profesionales de la salud, es decir, casi el 10% de todas las muertes. 

El décimo brote de 2018 en la RDC es el segundo mayor brote de ébola del mundo. Una de las prioridades es evitar la contaminación del personal sanitario, para mantener los centros de salud abiertos y disponibles para la población. Además, los trabajadores sanitarios que se infectan durante la atención se convierten en vectores de transmisión de la enfermedad, lo que afecta a la población, que desconfía y se aleja del sistema sanitario oficial y de la medicina académica. La reducción de la oferta asistencial provocada por la contaminación del personal sanitario también conlleva una reducción del tratamiento de otras patologías, lo que se traduce en un aumento de la morbilidad e indirectamente de la mortalidad. 

Detalles técnicos y operativos

En respuesta a la epidemia de ébola, la Cruz Roja Francesa está desarrollando diversas acciones, en particular asegurando los centros de salud para evitar la contaminación del personal sanitario y mantener la disponibilidad de la asistencia en un entorno seguro. Estas medidas se denominan medidas de prevención y control de infecciones (CIP). 

Los principales objetivos del enfoque son tanto garantizar una atención de calidad para cada paciente como proteger el centro sanitario, las personas que trabajan en él y otros pacientes y sus familias en el contexto de un brote de enfermedad infecciosa. 

Una evaluación específica de cada centro permite implantar o adaptar un circuito de gestión de pacientes que consta de varias etapas. Una primera etapa de triaje de pacientes permite detectar a los pacientes sospechosos de estar contaminados y potencialmente contagiosos antes de que entren en el centro. Esta detección precoz permite aislar temporalmente al paciente mientras se determina si la atención médica debe continuar en un centro especializado o si el circuito puede continuar in situ dentro del centro. Esta etapa de triaje incluye una medición sistemática de la temperatura, así como un interrogatorio rápido basado en preguntas clave. Se pone en marcha un procedimiento específico en caso de aislamiento del paciente, movilizando, cuando es necesario, equipos externos especializados de médicos y epidemiólogos. Existe un procedimiento para el traslado seguro de pacientes, utilizando una ambulancia equipada para esta actividad.

Los pacientes que no están aislados siguen siendo atendidos en el centro y siguen un circuito especial diseñado para limitar el riesgo de contaminación. Los profesionales sanitarios también adoptan medidas de protección para evitar el contagio de la enfermedad durante la asistencia.

El aislamiento temporal de los pacientes debe llevarse a cabo en un espacio específico que esté disponible de forma permanente. La mayoría de los centros de salud no disponen de un espacio adecuado que permita un aislamiento de calidad antes de que los pacientes entren en el centro. En este contexto, la Cruz Roja instala un dispositivo de aislamiento. Este dispositivo fue creado con el apoyo técnico de la empresa francesa SECUROTEC. Una treintena de dispositivos han sido desplegados en la RDC en las provincias de Ecuador y Kivu Norte.

Despliegue e impacto

Con un precio de poco más de 7.000 euros por unidad, los dispositivos de aislamiento tienen muchas ventajas, entre ellas la facilidad de instalación, ya que se trata de desplegarlos con rapidez y en todo tipo de terrenos. Dos personas pueden montar la tienda en unos 30 minutos. Se puede reutilizar después de la desinfección. La pared transparente garantiza un aislamiento eficaz y facilita el mantenimiento de los vínculos entre el paciente y su familia. 

Sin embargo, los dispositivos podrían ofrecer una mayor comodidad y adaptabilidad a las cambiantes temperaturas de la región. Un estudio realizado por el CRF, un año después del final de la epidemia, demostró que el nivel de aceptabilidad de este tipo de dispositivo es muy alto en la población: el 83,9% de ellos querría poder beneficiarse de un dispositivo de este tipo en las inmediaciones durante una epidemia y el 80% aceptaría estar aislado él mismo o los miembros de su familia en caso de brote de síntomas. Además, el estudio informa de la persistencia de rumores dentro de las comunidades en relación con la instalación de este tipo de equipos. El 67,3% de los pacientes había oído rumores sobre este tema, lo que confirma la importancia de sensibilizar a la población al mismo tiempo para lograr una aceptación significativa por parte de la comunidad.

Se organizaron sesiones de formación para comunicar los primeros síntomas, los riesgos de contaminación y las medidas de barrera a adoptar. El objetivo es reforzar la confianza de los beneficiarios demostrando la necesidad del sistema.